Como en los cigarrillos y productos alcohólicos, los envases de las bebidas azucaradas tendrán que advertir sobre los riesgos que causan en la salud de quien los bebe. Así lo decidió el Ministerio del Poder Popular para la Salud, que otorga dos meses a las empresas venezolanas para adecuarse a la norma. La nueva normativa del ministerio venezolano tiene base científica. Diversos estudios han vinculado el alto consumo de bebidas azucaradas no sólo con obesidad, sino con mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Cuando se habla de «bebidas azucaradas» se incluyen refrescos, néctares y jugos comerciales, bebidas energéticas, té frío industrial y bebidas caseras con azúcar, tal como advierte Marisol Tapia, bióloga especializada en Ciencia de los Alimentos, desde su tribuna miradorsalud.com Uno de los estudios más recientes que han analizado el riesgo de estas bebidas es el publicado en Circulation, realizado por científicos de la Universidad de Tufts, de la Escuela de Salud Pública de Boston y del Imperial College de Londres, que calcula que 184 mil adultos mueren al año por su consumo. «Los investigadores calcularon su impacto directo en la diabetes y efectos relacionados con la obesidad en enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer», expresó Tapia. Se analizaron más de 611 mil sujetos de 185 países. Para el pediatra Manuel Lorenzo Fernández hasta el consumo de un vaso diario de bebidas azucaradas por parte de los niños conlleva serios riesgos: «Estas bebidas, aún en pocas cantidades, pueden tener muchas consecuencias que en principio pasan inadvertidas». Entre los ingredientes con efectos secundarios menciona la sucrosa y el almíbar de maíz «que produce drásticas modificaciones en la insulina y la leptina y grelina que regulan el apetito», ácido fosfórico, «vinculado a liberación de calcio desde los huesos, produciendo osteoporosis y cálculos renales» y cafeína, «con efectos cardiovasculares y neurológicos». «La sumatoria de los elementos se vincula con diabetes 2 y síndrome metabólico relacionado a riesgo cardiovascular e hígado graso», concluyó.

Fuente: El Universal – 9/12/2015